Mucho antes de la revolución del bikini, una mujer ya había puesto el cuerpo por todas: Annette Kellerman.
Nadadora australiana, actriz y creadora, fue arrestada en 1907 por usar un traje de baño sin falda — apenas más libre que los vestidos pesados que las mujeres llevaban entonces.
Ella no buscaba hacer historia.
Solo quería nadar.
Y haciéndolo, abrió una puerta a todas las mujeres.
El cuerpo como bandera.
La acción como lenguaje.
El agua como casa.
1907, Massachusetts.
Annette Kellerman sale del agua.
La policía la detiene. El cargo: indecencia.
Su “crimen”: usar un traje de baño de una sola pieza que mostraba sus piernas.
En ese momento, las mujeres se ahogaban nadando —literalmente—.
Usaban corsés, faldas y medias dentro del agua.
Annette eligió otra cosa: revolucionar la forma en que las mujeres se vinculaban con el agua.
Y lo hizo así:
• Diseñó su propia línea de mallas.
• La modeló.
• Y escribió un libro para enseñar a otras mujeres a nadar.
No pretendía cambiar el mundo.
Pero lo cambió.
Ganó el juicio.
Rompió récords mundiales.
Nadó 42 kilómetros.
Y su legado quedó en nuestro placard:
Cada malla cómoda que usamos hoy viene de esa lucha,
de esa acción que se volvió libertad.
Mirá el video de @alepint y conocé la historia de Annette Kellerman,
la mujer que inventó la malla moderna.
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Este espíritu vive en cada pieza del Peel Swim Club.
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